Ahora voy a nadar al río cuatro veces por semana en distintos lugares, con distintos amigos. Es muy entretenido. Además del esfuerzo físico, también hay relajación. Simplemente sentarse en el agua y disfrutar del entorno. Hoy he nadado mucho con Lía. Tiene 6 años y todavía no sabe nadar tan bien como los adolescentes.

Las fotos la muestran zambulléndose en el agua desde mis hombros. Tal vez sea comprensible que no me hiciera selfies cuando saltaba de mis hombros. Por supuesto, es divertido saltar de los hombros de un gran holandés.

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