Algunas cosas se te escapan en el delirio del día. Otras cosas nunca las olvidas.

Hoy, por ejemplo, es el aniversario de la muerte de papá. Si miras atrás en mi blog, escribí mucho sobre ello. Me cuesta leer lo que escribo. Este año tampoco lo haré. Por otra parte, me pongo triste cuando empiezo a leer esto. No, hoy sólo estoy mirando fotos.

Cuando veo la riqueza que me han dado mis padres, sólo puedo estar agradecido. La riqueza a la que me refiero no es en el sentido material, sino la riqueza de la fe, la compasión, la caridad. Y mucho más.

Puedo alabar felizmente a mi padre pero, por supuesto, el fundamento de mi vida viene de Dios. Mi padre, fundado en la Iglesia, me dio una educación cristiana. Sin esta fe que me fue dada por Dios, nunca habría podido estar en paz tan pronto como mi padre regresó a Nuestro Padre que está en los cielos hace nueve años.

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