Entré en contacto con el Camino Neocatecumenal (El Camino) a finales de 2019. He seguido varias catequesis allí y a principios de 2020 las concluimos con una convivencia. Es una especie de retiro. Una vez terminada la convivencia, los Países Bajos se encerraron. Seguimos con el Zoom, pero durante la crisis la comunidad se desmoronó. Ahora, unos años después, cuando todo vuelve a ser posible, vuelvo a seguir la misma serie de catequesis. Es una especie de repetición, pero también hay aspectos muy actuales, como la guerra de Ucrania. He permanecido conectado al Camino durante toda la pandemia y también me ha ayudado a superarla. Aunque no pude participar en todo, me dio mucha esperanza, alegría y amistad. No puedo imaginarme la vida sin ella.

Anoche llovió mucho. Esta mañana temprano estaba seco y he hecho las fotos en las hermanas de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida en Weert donde nos alojamos este fin de semana. Es sábado, así que sí, también hay que cortar el césped.

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