A veces me burlo del hecho de que papá ya no está aquí, incluso puedo bromear con ello. Así es como somos. Pero en un día como hoy, es difícil de tragar.

Lo piensas a menudo, hay tantas cosas que te gustaría discutir con él. Ahora estoy en una edad en la que te gustaría preguntar cómo eran las cosas cuando tenía mi edad.

De niño y de adolescente, puedes hacer salir la sangre de tu padre de debajo de las uñas. A menudo le hacía enfadar. Pero en retrospectiva, creo que tenía las mejores intenciones para mí. Es y será siempre el padre fuerte que tanto admiré de niña.

Siempre me gustó meterme en la cama con él los domingos y despertarle. Primero le hice cosquillas debajo de los pies, que no pudo soportar. Cuando fui un poco más mayor, empezó a darme patadas, y eso me dolía a veces, pero cada vez lo evitaba mejor.

Pero a menudo, después, cuando su humor no había cambiado del todo, me metía en la cama con él, y eso le gustaba demasiado.

O por la noche, cuando llegaba a casa del trabajo, me subía a su regazo. Siempre era su Kobus quien se subía a su regazo. Incluso de mayor, seguía haciéndolo de vez en cuando, pero no duraba mucho por el peso.

Hay tantas cosas que me gustaría enseñarle a papá y hacer juntos, pero sé que él ve lo que hago y está orgulloso de mí.

Querido papá, reza por nosotros.

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